Prácticamente, todas las culturas han creído en los espíritus buenos y malos en algún momento. Los primeros datos se remontan a las religiones babilónica y asiria, allá por el 1700 a. C.
Generalmente hay 2 tipos de espíritus malignos:
Espíritus humanos difuntos: se pensaba que los espíritus de los humanos que murieron perseguían a los vivos. Estos espíritus pueden ser amigables u hostiles, dependiendo de la naturaleza de su muerte o entierro, o de si regresan para perseguir a amigos o extraños. En algunos casos, el espíritu de un amigo o ser querido, puede volverse hostil después de la muerte. O, en algunos casos, podrían ser amigables en ciertos puntos y hostiles en otros, sin rima ni razón para sus acciones.
Espíritus no humanos: aparte de los espíritus humanos difuntos que podrían volverse hostiles, muchas culturas creían en espíritus que nunca habían sido humanos. Nuevamente, estos podrían ser amigables u hostiles, y en muchas culturas, tomaron la forma de animales como reptiles, serpientes, antílopes, gacelas, antropoides, cocodrilos, lagartos, halcones o chacales. Apep, el demonio serpiente de Egipto, y las bestias hebreas como Leviatán y Behemoth, son algunos ejemplos de ello.
- espíritus humanos incorpóreos que no podían descansar.
- entidades mitad humanas - mitad demonios.
- demonios, que eran de la misma naturaleza que los dioses.
Generalmente hay 2 tipos de espíritus malignos:
Espíritus humanos difuntos: se pensaba que los espíritus de los humanos que murieron perseguían a los vivos. Estos espíritus pueden ser amigables u hostiles, dependiendo de la naturaleza de su muerte o entierro, o de si regresan para perseguir a amigos o extraños. En algunos casos, el espíritu de un amigo o ser querido, puede volverse hostil después de la muerte. O, en algunos casos, podrían ser amigables en ciertos puntos y hostiles en otros, sin rima ni razón para sus acciones.
Espíritus no humanos: aparte de los espíritus humanos difuntos que podrían volverse hostiles, muchas culturas creían en espíritus que nunca habían sido humanos. Nuevamente, estos podrían ser amigables u hostiles, y en muchas culturas, tomaron la forma de animales como reptiles, serpientes, antílopes, gacelas, antropoides, cocodrilos, lagartos, halcones o chacales. Apep, el demonio serpiente de Egipto, y las bestias hebreas como Leviatán y Behemoth, son algunos ejemplos de ello.
Aunque solemos referirnos al Diablo como una entidad con individualidad propia, según diversas tradiciones religiosas, por debajo de él existe toda una temible jerarquía de demonios. De acuerdo con la Religión de Babilonia y Asiria, estos demonios acechaban en lugares remotos u ocultos como tumbas, cimas de montañas o en las ruinas. Salían de noche, entraban a las casas a través de agujeros y grietas, y torturaban a sus víctimas. Eran responsables de cualquier cosa mala que ocurriera, desde vientos destructivos, fiebres pestilentes y enfermedades, hasta dolores de cabeza, pequeñas disputas, odio y celos.
En la tradición sumeria, había tres tipos distintos de demonios:
- espíritus humanos incorpóreos que no podían descansar.
- entidades mitad humanas - mitad demonios.
- demonios, que eran de la misma naturaleza que los dioses.
Sin embargo, casi todas las culturas del mundo han creído o creen en este tipo de seres del Inframundo, y es interesante observar los enormes paralelismos que existen entre estas criaturas, a pesar de que en muchos casos, el origen de unas y otras, se encuentre muy alejado entre sí, geográficamente hablando. Ello, ha traído como resultado un diverso y poblado panteón de figuras mitológicas malignas a lo largo y ancho del planeta.
Por ejemplo, en Japón está el Oni, un demonio asociado con todo tipo de maldad y de emociones dolorosas. Se dice que merodean alrededor de los fallecidos, intentando "empujar" sus almas hacia el infierno.
En la tradición hebrea, existe Azazel, un ángel caído que se apareó con mujeres humanas, dando lugar a una raza de gigantes. El poeta John Milton, habla de él en El paraíso perdido, y le sitúa como lugarteniente de Lucifer.
En la India, está Vetala, quien tiene el poder de poseer los cadáveres humanos para revivirlos y atormentar a través de ellos a los vivos, causándoles la locura, e induciéndoles al suicidio. Otras versiones, también lo retratan con poderes vampíricos.
Pazuzu, pertenece a la tradición sumeria, y se le consideraba el demonio de los vientos. Se le atribuía el poder de provocar las tormentas y plagas como la peste. Se hizo mundialmente famoso en la década de los años 70, tras aparecer en la película El exorcista. La figura que se usó en la película, corresponde a la representación más famosa de esta entidad, que fué descubierta por arqueólogos en Irak. Actualmente, se conserva en el Museo del Louvre, París.
Damballa, es una entidad vinculada al vudú. A diferencia de otras entidades del vudú que convierten a sus víctimas en zombies, las personas supuestamente poseídas por Damballa, se arrastran por el suelo y trepan a los árboles como serpientes.
Y aquí, concluye el artículo de hoy. Esperamos que el contenido, le haya resultado de interés.
Cordiales saludos.
Oniria Misterio
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