En 1894, el pueblo de Hellingly (Gran Bretaña) fue elegido como el emplazamiento donde levantar un gran hospital mental, debido a su ubicación idílica, rodeada por la ondulada campiña británica. En aquel momento, era común construir estos centros de manera que ofrecieran vistas imponentes sobre paisajes agradables, ya que se creía que tenían una calidad terapéutica que se consideraba altamente beneficiosa para los pacientes y que por lo tanto, aceleraría la recuperación de éstos.
El renombrado arquitecto George Thomas Hine, fue designado para diseñar el edificio, ya que era toda una autoridad en el diseño y la construcción de dichos recintos. El edificio fue diseñado no solo como un hospital, sino como una comunidad autosuficiente. La construcción comenzó en 1897.
La distribución de los principales edificios del manicomio, es en forma de "punta de flecha", caracterizada por la forma en que sus pasillos, trazan una especie de "zig-zag" desde el núcleo central. Esto también aseguró cómodamente que solo hubiera una forma de entrar y salir de cualquier área del sitio. Los pacientes eran separados por sexo en distintas instalaciones.
Contaba con una gran tienda central, cocinas, la sala del teatro y la residencia del asistente médico. Al oeste se encuentran las salas masculinas (los talleres, la sala de calderas, la torre de agua y el departamento de mantenimiento), así como un cobertizo de mercancías y otro de máquinas para el tranvía del hospital. En el lado este del edificio principal, se encuentran los pabellones femeninos, y sus salas de trabajo (lavandería, sala de costura y una enfermería). Todas estas zonas, estaban unidas por una extensa red de corredores.
Hellingly Asylum, tenía su propia estación de tren, la cual, se utilizaba para traer visitantes, nuevas admisiones, y suministros. Este servicio cesó en la década de 1950, y la cercana estación de Hellingly, es ahora una casa de propiedad privada.
También disponía de tranvía eléctrico, que corría paralelo al camino principal, y que proporcionaba un servicio de pasajeros desde la estación de tren. Hellingly era casi el único hospital que disponía de este servicio. El tranvía se cerró en la década de 1930.
Los primeros pacientes llegaron a Hellingly en 1903, y durante muchos años, el Asilo proporcionó todo tipo de tratamiento innovador para los trastornos mentales. Fue uno de los muchos asilos que alojó a pacientes durante la Primera Guerra Mundial, lo que provocó cierto hacinamiento, y un gran incremento de la tasa de mortalidad en el hospital. Se dice que esto provocó inestabilidad en gran parte de los internos por motivos psiquiátricos, y muchos de ellos, acabaron suicidándose en el Hellingly.
Debido a su coste insostenible, el edificio fue cerrando en fases durante un período de aproximadamente 6 años en la década de 1990. En ese momento, el gobierno decidió cerrar la mayoría de los asilos en Gran Bretaña, e instigar el programa Care in the Community, alegando ser más beneficioso para el cuidado a largo plazo de los afectados. En mayor o menor grado, el "cuidado de la comunidad" implicó arrojar a los enfermos a las calles para que se las arreglaran por sí mismos, lo que acabó traduciéndose en un marcado aumento de ataques violentos desde entonces.
Durante el abandono, Hellingly estuvo patrullado periódicamente por guardias de seguridad y fue decayendo progresivamente. Había sido blanco de vándalos y asaltantes en numerosas ocasiones y había muchas áreas de las instalaciones que habían sido objeto de incendios provocados (particularmente el bloque de administración, almacenes centrales, almacenes de cocina y residencias del asistente médico). Aunque todavía hay zonas que ofrecen una belleza misteriosa e indescriptible, arropadas con la pintura descascarada y la fusión de elementos interiores y exteriores, combinados con grafitis profesionales que invitan a la reflexión.
Los túneles, las villas y todas las estructuras asociadas del hospital han desaparecido hace mucho tiempo, y apenas queda huella alguna de lo que fue este lugar. Aunque sí sirve como recordatorio histórico de un capítulo intrigante de la historia social que no debería olvidarse.
Desde su abandono, miles de rumores sobre voces, susurros, gente sombra y apariciones que atacan a los que osan entrar o dormir en dicho lugar, han estado circulando en torno al hospital. Abundan los reportes por avistamientos de enfermeras, pacientes y guardias que caminan por los zigzagueantes pasillos, y que desaparecen súbita e inexplicablemente. También son cientos los informes sobre aterradores gritos incorpóreos, gente sombra, y cuantiosos fenómenos polstergeist, como puertas que se abren solas, o golpes y pasos inexplicables.
Parece que la impronta energética que dejaron en Hellingsly todos aquellos que pasaron por el hospital, sigue todavía muy activa y presente, propiciando que la fenomenología paranormal, se manifieste en lo que queda del viejo psiquiátrico. Toda esa repetición de emociones negativas generadas por los enfermos mentales a lo largo de los años, sumadas a las de los heridos en la brutalidad de la guerra, y numerosos suicidios, convergieron para formar un explosivo cóctel energético tan intenso, que lo hace un lugar susceptible de ser acosado por los sucesos insólitos.
Hellingly, sin duda, un enclave aterrador.
Esperamos que el artículo haya sido de su agrado.
Cordiales saludos.
Oniria Misterio
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Oniria Misterio
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