"Desde que compré uno de los cuadros en 1959, mis tres hijos y mi esposo han muerto. Ahora suelo preguntarme si estará embrujado". Rose Farrington
Esta declaración de Rose Farrington a un periódico, es sólo una de los cientos de historias que existen en torno a un conjunto de cuadros que se popularizaron mundialmente en las década de 1970 y 1980; "Los niños que lloran" o "Los Niños Llorones". Se trata de una serie de obras del pintor Bruno Amadio, la cual, consta de 27 cuadros, cuyas réplicas, se vendieron de manera masiva entre las clases trabajadoras europeas y latinoamericanas de dichas épocas. Los cuadros acabarían sembrando el terror y la paranoia en 1985, cuando miles de personas, aseguraron que dichos cuadros, estaban malditos.
El primer informe al respecto documentado se remonta al 4 de septiembre de 1985, año en el que el periódico inglés, "The Sun", publicó una historia sobre una pareja británica que culpaba a su cuadro de "Los niños llorones" como responsable del incendio que destruyó su casa en Yorkshire, ya que la casa había quedado prácticamente destruída, pero increíblemente, el cuadro no había sufrido daño alguno. El periódico completó la nota inicial con otra que incluía declaraciones de un bombero de Rotherham, el cual, afirmaba haber sido testigo de múltiples incendios en la zona en los que sólo había sobrevivido el cuadro. Aunque el bombero jamás mencionó los términos "maldición" o "embrujado", el editor de "The Sun", los empleó en el encabezado de la nota, agregándole que más de 50 mil copias de "Los niños que lloran", habían sido vendidas en el Reino Unido.
Desde ese momento, el Reino Unido se sumió en una vorágine de historias de gente que afirmaban haber perdido su casa debido a un incendio, con pérdidas humanas de por medio, y en los cuales, sólo se habían logrado recuperar sin daños los misteriosos cuadros de Bruno Amadio.
Amadio fué un pintor sin demasiado éxito en sus primeros años de carrera artística, pues tras sus estudios de artes plásticas, la Segunda Guerra Mundial llegó para congelar las aspiraciones profesionales del continente europeo. Aunque poco se conoce sobre su vida, se sabe que fué militante activo del fascismo, seguidor de Mussolini, y que tuvo participación en el conflicto bélico. Aunque fué precisamente esta experiencia la que le cambió la vida a través del dolor, la barbarie, la crueldad, y la maldad del hombre.
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Bruno Amadio. |
Tras la guerra, Amadio se mudó a España para proseguir con su carrera, aunque la memoria de la desgracia no se alejó de su mente, por lo que pintó 27 retratos dedicados a niños huérfanos en los cuales, se manifestaba el horror de la guerra a través de la mirada de los niños con su inocencia corrompida.
Sin embargo, la leyenda se funde con la historia del pintor, quien utilizó el pseudónimo de Giovanni Bragolin, para firmar sus cuadros. Algunas fuentes, aseguran que para asegurar el éxito comercial y artístico, Amadio hizo un pacto con el diablo para reflejar en la mirada de los huérfanos italianos, las lágrimas de la inocencia perdida durante la guerra. Tras el pacto, los cuadros se convirtieron en un éxito y se distribuyeron por Europa, Estados Unidos y América Latina, aunque impondrían una maldición a todo aquel que comprase uno. El mito, se complementa con la historia de que Amadio, regaló un cuadro al orfanato donde había conocido al niño que inspiró su obra, y que supuestamente, murió junto al resto de los niños del orfanato cuando el edificio, se quemó días después.
Otras teorías, sugieren que el "niño llorón" original, fué un niño que Amadio conoció en Madrid en 1969, y que lo cautivó por su mirada perdida y porque nunca hablaba con nadie. Un padre católico, tras descubrir el cuadro, le contó a Amadio la historia del niño llamado Don Bonillo, quien había huído del orfanato tras descubrir que sus padres, habían muerto en la guerra. Además, le sugirió no inmiscuirse en sus constantes huídas, pues a donde el niño iba, un terrible incendio surgiría de la nada. El niño fué apodado "Diablo", y haciendo caso omiso al consejo del padre, fué adoptado por el artista.
Cuentan las leyendas que un día, el estudio de Amadio fué destruido por un incendio, y en la ceguera de la rabia, el artista culpó al niño, quien volvió a huir y no se volvió a saber de él. Desde entonces, los rumores sobre la maldición de estos cuadros, surgieron en Europa. En 1976, un automóvil, ardió tras chocar contra un muro. Aunque era imposible de reconocer al conductor, se cuenta que lo único que pudo rescatarse sin daños, fué la licencia de un joven de 19 años, llamado Don Bonillo.
Tras las publicaciones de "The Sun", el caso se convirtió en un "fenómeno viral", tal y como sucede a diario actualmente en las redes sociales, pues tanto este periódico como muchos otros interesados en hablar del tema, llenaron sus páginas con historias de supervivientes, testimonios, y confirmaciones de bomberos. Incluso, aquellos cuadros que fueron acumulados y custodiados por el cuerpo de bomberos, se incendiaron misteriosamente. El desafortunado acontecimiento, fué considerado por el periódico como una "prueba más de la maldición del niño llorón". Se sumaron historias de quienes intentaban destruir el cuadro, asegurando que éste no se incendiaba,sino que maldecía a quien había intentado deshacerse de él. Por otro lado, había quien aseguraba que el cuadro, podía traer "buena suerte" si se le "trataba bien", pues un hombre, afirmó haber recogido uno de estos cuadros en la carretera, y que desde entonces, aseguró haber ganado un sustancioso dinero en el bingo, apuestas de fútbol y máquinas tragaperras.
Sin embargo, más allá de las leyendas en torno a Amadio, cuya corroboración nunca ha sido posible, se comenzó a rumorear que el "fenómeno de la maldición de los niños llorones", fué parte de una estrategia de ventas por parte del editor de "The Sun", quien esperaba una gran noticia para que el periódico, destacara frente a su eterno rival; "The Daily Mirror". El "caso del niño llorón", no fué un caso aislado por parte del periódico, pues en múltiples ocasiones, ya había intentado atraer lectores a través del sensacionalismo amarillista. Kelvin MacKenzie, editor de "The Sun", entendió que ninguno de sus competidores, se atrevería a publicar la historia de una pareja que atribuía el incendio de su casa a una pintura maldita, y gracias al poder de un medio de comunicación tan masivo en aquella época, la siniestra leyenda sobre estos misteriosos cuadros, perdura hasta nuestros días.
Aquí concluye este artículo. Esperamos que el contenido desarrollado en él, le haya resultado de interés. Le esperamos en la siguiente publicación.
Cordiales saludos.
Oniria Misterio
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