Pero, ¿Qué sabemos de ella? ¿Qué se celebra? ¿Cuáles son sus orígenes?
ORÍGENES
El origen de la Noche de San Juan es pagano. Prácticamente, se remonta hasta la misma aparición del ser humano. Con ella, se celebra desde tiempos inmemoriales el Litha, la llegada del solsticio de verano. Cuenta la leyenda que nuestros antepasados, creían que El Sol y La Tierra eran amantes, por lo que el astro rey, se resistía a alejarse de ella. Dada la importancia que el Sol tenía para aquellos habitantes, decidieron celebrar esta festividad la víspera del 24 de junio, fecha en la que tiene lugar el solsticio de verano en el hemisferio norte. Dicho día, se produce la noche más corta del año, de modo que así, el Sol podría estar más tiempo con su amada Tierra.
A todo ello, añadieron la creencia de que era una noche perfecta para librarse de los malos espíritus (por el efecto purificador del fuego), así como para amplificar y rendir culto a sentimientos positivos, como el amor y la fertilidad.
Por motivos socioculturales, con la llegada del cristianismo, la Noche de San Juan se mantuvo, aunque se metamorfoseó gran parte de su origen y significado.
La fiesta cristiana de San Juan es el 24 de junio, seis meses antes de la víspera del nacimiento de Jesús, el 24 de diciembre. Estos seis meses, serían la diferencia que los evangelios indican entre un nacimiento y otro.
Las teorías apuntan a que el fuego siempre ha sido el protagonista de esta festividad. De hecho, algunos expertos aseguran que 5.000 años antes de Cristo, coincidiendo con el soslticio de verano que tiene lugar el día 21 de junio, ya se celebraba en el hemisferio norte una fiesta muy parecida a la de la actual Noche de San Juan, donde las hogueras eran las protagonistas.
Algunas teorías sugieren que los habitantes del hemisferio norte, encendían cada 21 de junio hogueras para purificarse y alimentar al sol con el objetivo de animarle y darle fuerza para que no dejase de salir, pues a partir de esa fecha, cada día el astro rey iluminaría el hemisferio norte durante menos tiempo hasta la llegada del solsticio de invierno, momento en el que se produciría la noche más larga del año.
Hay quienes señalan a los celtas como creadores de esta tradición. Se dice que durante el solsticio de verano, este pueblo encendía grandes hogueras para buscar la bendición de sus tierras, y asegurarse de que éstas daban cosechas suficientes para alimentarse durante el año. A través del fuego pedían a las divinidades un futuro próspero para las parejas de enamorados, y fertilidad para las mujeres.
No cabe duda de que las celebraciones actuales, tienen una conexión directa con las celebraciones de la antigüedad ligadas al solsticio de verano, influídas por ritos precristianos o simplemente, vinculadas a los ciclos de la naturaleza. Se observan elementos comunes, como la realización de hogueras en las calles y plazas de las poblaciones donde se reúnen familiares y amigos.
Todo cambió con la llegada del cristianismo. La sociedad cristiana, absorbió esta tradición de origen pagano y la convirtió en la conmemoración del nacimiento de San Juan Bautista, que según establece la Biblia, nació el 24 de junio, fecha en la que pasaron a tener lugar las celebraciones que hasta ahora, habían honrado al sol. Pero además de la fecha, existe otro nexo de unión entre la simbología de ambas tradiciones, pues según la cultura cristiana, con el nacimiento de Juan Bautista, su padre, Zacarías, ordenó encender una gran hoguera que serviría para dar a conocer a todos que su hijo, había nacido. Desde el medievo, los cristianos encienden grandes hogueras para celebrar el nacimiento del hijo de Zacarías, así como homenajear a San Juan Bautista y a su religión.
Durante la Noche de San Juan no sólo se encienden hogueras. La tradición ha hecho que ésta, venga acompañada de una alta carga de espiritualidad, así como de ancestrales ritos que tienen como objetivo afrontar la nueva etapa del año contando con el favor de la suerte. Algunos de los más famosos son estos:
Durante la Noche de San Juan no sólo se encienden hogueras. La tradición ha hecho que ésta, venga acompañada de una alta carga de espiritualidad, así como de ancestrales ritos que tienen como objetivo afrontar la nueva etapa del año contando con el favor de la suerte. Algunos de los más famosos son estos:
Saltar la hoguera: Uno de los rituales de buena suerte más extendidos en España, aunque con distintos matices, según la zona en la que se lleve a cabo. En Galicia, consideran que para tener suerte, hay que saltar sobre las llamas de la hoguera nueve veces, mientras que en la zona de Alicante y en Valencia solo hay que saltar por encima de las llamas siete veces.
Saltar las olas: Otra tradición es la de saltar olas siete veces justo cuando se cumple la media noche, aunque el número de olas, puede variar según la región. Se dice que este es el momento perfecto para pedir un deseo y que éste, se cumpla.
Darse un baño entrando de espaldas: Se cree que todo aquel que se bañe en el mar habiendo entrando de espaldas, estará protegido durante todo el año.
Lavarse la cara: Un ritual muy común en las zonas en las que no hay mar, es el de lavarse la cara después de la media noche. Se dice que da suerte si se hace sin mirarse al espejo después.
Y aquí concluye la publicación de hoy. Esperamos que el contenido de la misma, le haya resultado de interés, así como le deseamos una feliz Noche de San Juan, o en cualquier caso, una feliz celebración del solsticio de verano, dependiendo de donde viva usted.
Y aquí concluye la publicación de hoy. Esperamos que el contenido de la misma, le haya resultado de interés, así como le deseamos una feliz Noche de San Juan, o en cualquier caso, una feliz celebración del solsticio de verano, dependiendo de donde viva usted.
Cordiales saludos.
Oniria Misterio
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