Recientemente, aprovechamos para salir a explorar un nuevo enclave, conocido a través de unos amigos.
Se trata de una enorme propiedad, dividida podríamos decir, en dos sectores; uno, el que sería una casa cumpliendo las funciones de vivienda principal de una sola planta, y otro, situado a cierta distancia de la casa, en la que hay una construcción de tipo más industrial.
Comenzamos explorando la casa, y al entrar, descubrimos restos de comida reciente y algunos colchones en el suelo, que parecen indicarnos que alguien puede vivir aquí, o al menos, ser frecuentado con eventualidad.
Recorriendo la casa, encontramos un gran salón con sus sofás, sillones, y una enorme mesa, en la que con toda probabilidad, los antiguos dueños de este inmueble, disfrutaban de suculentas cenas en familia al calor de la chimenea.
Incluso, quedan objetos que los dueños, dejaron ahí a merced del tiempo y el olvido, como esta antigua televisión - radio, que permanece atemporalmente impasible ante los devastadores embates de las décadas.
Las habitaciones quedaron inertes y vacías, como esperando que sus huéspedes, fueran a volver algún día. Colchones en el suelo, indican la presencia eventual de alguien en la casa.
Una vez recorrida la casa principal, nos desplazamos hasta la construcción "más industrial" que os comentamos con anterioridad, y que como dijimos, se encuentra a cierta distancia de la casa. En el trayecto, recorremos un gran patio, en el cual, hay una enorme piscina, ahora maltrecha y vacía.
Todavía se conserva el trampolín desde el que muchos bañistas, disfrutaron zambulliéndose con sus "acrobáticos" saltos. Debieron vivirse buenos momentos aquí.
Ascendemos la escalera que conduce al otro sector de la finca, el cual, consta de una gran sala con barra, habitaciones, y una gran chimenea.
La barra, le da aspecto de pub, y en la sala, aún perduran adornos navideños de alguna fiesta realizada ahí. Todavía quedan restos de alcohol y elementos propios de celebraciones de este tipo.
Una gran chimenea situada justo enfrente de la barra, caldearía el lugar en los más fríos días invernales.
Por la estancia, había varios objetos de los anteriores visitantes, como esta copa metálica de curiosos grabados. Desconocemos el uso que pudo tener, pero parece uno de esos botes en los que reposan las cenizas de los fallecidos.
Poco más se puede encontrar en esta estancia, salvo vasos vacíos, restos de alcohol fermentado, y restos de mobiliario raído y polvoriento, entre otras cosas.
Iba anocheciendo deprisa, por lo que decidimos ir concluyendo nuestra visita en la Finca del Olvido.
Nos fuimos satisfechos tras una agradable tarde fotográfíca, y además, conociendo un lugar nuevo, en el que la energía y la presencia de los antiguos moradores, parece estar todavía impregnada, negándose a aceptar la durísima e inevitable condena del olvido y el abandono.
Esperamos que esta breve crónica y las fotografías, hayan sido de tu agrado.
Nos despedimos hasta la siguiente publicación.
Cordiales saludos.
Oniria Misterio.
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