Hola amig@s:
Aprovechando la festividad del día 11 de septiembre en la ciudad de Murcia, y porque no todo va a ser misterio y lúgubres edificios, decidimos dedicar la jornada a hacer un poco de ejercicio, y qué mejor para ello que una buena ruta de senderismo por un entorno natural como es la montaña.
El lugar que escogimos para ello, fué Sierra Espuña, un exhuberante parque natural montañoso que podría considerarse un auténtico pulmón de la Región de Murcia.
Escarpadas rocas y una espesa cúpula arbórea, se combinan para formar un maravilloso paisaje que enamora profundamente a quien lo contemple.
Nos decantamos por una ruta circular de 25 km que recorre gran parte del parque regional. Ésta, comienza en una zona muy conocida de Sierra Espuña; el área recreativa "La Perdiz", muy cerca de nuestro querido y misterioso Sanatorio de Tuberculosos.
De hecho, éste puede verse a la lejanía en el inicio de la ruta.
Tras un cafetito rápido en el restaurante que hay en la zona, comenzamos el trayecto, el cual se inicia en el mismo aparcamiento del área recreativa. El principio es algo duro, ya que el primer objetivo de la ruta, es el ascenso al Morrón Chico o de Alhama, el cual, está situado a más de 1400 msnm.
Con una pendiente considerable, el primer tramo del trayecto es una subida constante y pone a prueba nuestra forma física, pero las impresionantes vistas contrarrestan el sufrimiento, y hacen que el esfuerzo merezca la pena.
El día, fué fresco y nublado, con numerosas brumas en las cumbres, lo que hizo esta ruta mucho más suave, a la vez que el cielo nuboso, aportaba unos singulares tonos a las increíbles panorámicas que pueden contemplarse a medida que se va ascendiendo.
En algo menos de una hora, y envueltos en una espesa y húmeda niebla, alcanzamos la cima del Morrón, en la cual, además del correspondiente vértice geodésico, hay también una pequeña cabaña en ruinas. En el trayecto, nos encontramos varios grupos de arruís, los cuales, muy huidizos, se desvanecieron rápidamente entre las brumas al percatarse de nuestra presencia.
Decidimos hacer una parada en este punto para avituallarnos, ya que el desgaste de la primera subida, fué bastante intenso.
Seguramente, esta cabaña era un pequeño refugio de montaña, o bien, una antigua caseta forestal. Sus dimensiones son muy reducidas, aunque disponía de una pequeña chimenea para combatir el agresivo clima de las cumbres.
Al entrar a inspeccionar la cabaña, hacemos un hallazgo curioso. En el resquicio de una ventana, encontramos un improvisado belén que alguien, plantó ahí.
Fué algo pintoresco toparse con un belén en una solitaria cabaña ruinosa en la cima de un pico a más de 1400 m de altura, aunque nos proporcionó un motivo genial para ser fotografiar, por lo que quedamos encantados con ello.
Tras reponer fuerzas, continuamos el trayecto, el cual, nos mandaba descender ahora unos 400m hasta llegar a un valle. En el camino por este tramo, unas impresionantes vistas del exhuberante paisaje montañoso envuelto en espesas brumas, nos deleitaron mientras completamos esta parte.
Una vez alcanzado valle, la ruta se desvía hacia el noreste, y bordea la falda del monte un buen rato, cruzándonos en el trayecto con paisajes realmente impresionantes.
La cercana presencia del otoño y las recientes lluvias, han propiciado que en algunas zonas de la sierra, ya puedan distinguirse los anaranjados tonos otoñales, así como coloridos frutos propios de esta época, que aportan una preciosa pincelada cromática y armonizan a la perfección con los demás tonos del paisaje circundante.
Esta parte del recorrido, es bastante suave, ya que se encuentra en plano, y permite disfrutar de las imponentes vistas, a la vez que se dosifican esfuerzos para el siguiente tramo, el cual, es algo más duro.
Comenzamos a orientarnos en dirección hacia El Berro, pequeña pedanía perteneciente a Alhama de Murcia por la que pasa el recorrido, y la cual, distaba todavía a más de 10 km. Entretanto, impresionantes panorámicas de roca y vegetal, adornaban nuestro escenario mientras seguíamos avanzando entre las brumas.
Se podía respirar el ambiente puro y húmedo de la montaña, aportando al aire que respirábamos una calidad casi inmejorable. Mientras continuábamos la ruta, encontramos algunas flores y frutos que contrastaban notablemente en el paisaje, como la que mostramos a continuación:
Los llamativos frutos rojos de los enebros, también contrastaban notablemente con el entorno que les rodeaba, dando un toque colorido y muy agradable a la vista y, por lo tanto, un buen motivo que fotografiar.
A lo largo de la ruta, podemos encontrar varios montones de piedra a modo de señalización, que nos indican el paso de una senda por ellos.
La ruta está bien señalizada en casi su totalidad, por lo que, si el GPS nos falla, siempre podemos guiarnos por estos hitos de piedras.
En el trayecto, encontramos algunas ruinas en mitad de la nada, como vestigios de la presencia del ser humano en estos remotos parajes que a simple vista, parecen indómitos e inhabitables.
Aunque no todo son ruinas, ya que también nos encontramos con algunas casas habitables durante el extenso recorrido, como la que mostramos a continuación:
O esta otra:
Ya pasada la mitad de la ruta, encontramos un macabro hallazgo. Algunos restos de arruís, yacían esparcidos por una zona. Cráneos colgados, pieles y varios huesos, se encontraban esparramados por la zona, y todo nos llevó a pensar que era cosa de los cazadores.
Tras este siniestro panorama, nos internamos en una rambla con abundante vegetación con hermosas postales, y por la que parece que la presencia del ser humano, es bastante escasa.
Encarando esta rambla, que lleva casi directamente a El Berro, afrontamos el último tercio de la ruta, la cual se suaviza bastante a partir de este punto, ya que una vez se llega a la pedanía, es todo camino de tierra y asfaltado.
Entretanto, nos deleitamos saboreando y disfrutando de la imponente belleza natural del entorno.
Y tomando sendas instantáneas de tan espectacular paisaje.
Desgraciadamente, ya quedaba poca luz al llegar al Berro, por lo que no pudimos sacar más fotografías de adecuada calidad. Una vez en la pedanía, seguimos por carretera hasta llegar a la carretera que une Alhama con El Berro, la cual, conduce hasta "La Perdiz", pasando por el misterioso y hechizado Sanatorio de Tuberculosos de Espuña.
En total, unos 25 km, un desnivel de más 1000 m, y la experiencia sana y gratificante de disfrutar en primera persona de la maravilloso entorno natural que Sierra Espuña guarda. Calificamos esta ruta con un 10, y la compartimos con vosotr@s, por si alguien se anima a realizarla :) Aquí el enlace:
SIERRA ESPUÑA: LA PERDIZ - EL MORRÓN - EL BERRO
Esperamos que la crónica de esta jornada y las fotografías, hayan sido de tu agrado, y te invitamos a conocer este auténtico vergel montañoso, situado en el corazón de la Región de Murcia.
Cordiales saludos.
Oniria Misterio


































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