Hace unos meses, el equipo de Oniria Misterio, tuvo la oportunidad de visitar un lugar único, abandonado desde 1957, y considerado como una de las localizaciones más embrujadas de España. Os haremos un pequeño retrato de tan singular enclave.
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El Monasterio del Diablo, un lugar envuelto en misterio. |
Hasta él, se han desplazado miles de investigadores, algunos de gran prestigio, para comprobar y documentar si todas esas leyendas y testimonios, son reales, o simples habladurías magnificadas por el boca a boca de la gente.
Se trata de "La Huerta de los Frailes", más tarde rebautizado como "La Huerta de San José". Aunque es más conocido popularmente como "El Monasterio del Diablo", en Carmona, Sevilla.
Este edificio de cuatro siglos de antigüedad, cuenta durante casi toda su existencia, con una escalofriante leyenda, de la que es protagonista principal el mismísimo diablo.
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Una escalofriante leyenda, ha propiciado que este antiguo edificio, arrastre la fama de lugar maldito. |
Habría que retroceder en el tiempo para conocer el motivo por el cual, el monasterio quedó marcado para siempre con esta fama demoníaca, y cómo acabó siendo un lugar, al que muy pocos osan adentrarse.
Algo que nos resultó muy curioso, fué el hecho de que en los Archivos Oficiales de Carmona, no exista apenas ningún documento, que pueda arrojar algo de luz sobre la historiografía de este lugar tan genuíno. Parece que hubieran intentado, premeditadamente, borrar cualquier rastro de este edificio y de su historia, como queriendo sumir en el olvido algún turbio momento del pasado, relacionado con este singular complejo religioso.
Sólo existen dos documentos que puedan acreditar la existencia física e histórica del monasterio:
Uno, habla de una donación que hizo el ayuntamiento para intentar que los monjes no muriesen de hambre. Al parecer, el edificio fué construído por la administración de Carmona, y las tierras aledañas, fueron donadas para que los monjes, pudieran cultivarla. De ahí, su primer nombre; "Huerta de los Frailes".
Sólo existen dos documentos que puedan acreditar la existencia física e histórica del monasterio:
Uno, habla de una donación que hizo el ayuntamiento para intentar que los monjes no muriesen de hambre. Al parecer, el edificio fué construído por la administración de Carmona, y las tierras aledañas, fueron donadas para que los monjes, pudieran cultivarla. De ahí, su primer nombre; "Huerta de los Frailes".
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El Monasterio del Diablo, se llamó en un principio "La Huerta de los Frailes". |
El segundo documento, de dudosa veracidad, relata una estremecedora historia, la cual, sería el motivo por el que este monasterio, arrastra y arrastrará, esa estampa diabólica hasta el fín de sus días.
Dice así:
Dice así:
"De una parte, José Díaz de Alarcón, escribano; y por otra, Juan Rodrigo Perea, fraile dominico, en unión con alguaciles y demás fuerzas públicas y religiosas, nos narra así los hechos ocurridos:"
«Yo, señores, me hice fraile dominico en el convento de San José, donde entré al noviciado hace ya tres años y poco. En la mañana del 20 de noviembre de este año de nuestro señor (1680) entró, por parte de Cantillana, un aspirante al noviciado que dijo llamarse según recuerdo don Jaime Malvidas y que fué aceptado con plena satisfacción por parte del prior y demás.
Este hombre era alto, de cejas muy pobladas, de nariz aguileña, y su cara era tan fina como la de una espada. Nunca le ví en compañía de otros en la huerta o en la capilla, por lo que nos extrañó... Yo, señores, no sé cómo ocurrió que, en la mañana del 2 de noviembre del susodicho año, cuando desperté, no encontré la puerta de mi celda abierta como era la costumbre, pues como ustedes saben todas las noches nos echan llave y cerrojo. Y creyendo que era aún muy temprano, me entregué a profundas meditaciones.
Después de esperar mucho rato, sentí por fín unos pasos débiles que provenían del pasillo y que venían a morir justo en la puerta de mi celda. La puerta, de un suave golpe, quedó abierta; pero cuál fué mi sorpresa, cuando pude comprobar que detrás de ésta no había nadie... Entonces fué cuando pensé que quizá la misa primera ya hubiese empezado, y me hubiese quedado dormido y castigado, pero al ver que las puertas de las celdas de mis compañeros estaban abiertas de par en par, quédeme pensativo un momento, para después salir corriendo hacia la capilla. Cuando llegué a ésta, no ví a nadie, y éntrome un calor desde la garganta hasta el pecho, cuando oí unos lamentos a media voz que, al parecer, provenían de la cocina que estaba al lado de la capilla... Cuando llegué a la cocina, los quejidos se oían tan fuerte dentro de mí, que pensé que era yo mismo el que los producía. Pero pronto me dí cuenta que el lugar de su procedencia era el sótano, y sin poderlo remediar, me ví no sé cómo bajando sus empinados escalones. Y maldita sea, señores, maldita sea el momento en el que entré en aquella habitación, pues al entrar encontré al padre prior y a los demás frailes colgados de los ganchos donde solíamos colgar los cerdos, jamones y chorizos. Yo, señores, al ver aquel marco infernal y sangriento, comencé a ver unos seres pequeños, que, apiñados alrededor de los cuerpos muertos, comían sus carnes. En aquel momento sentí un desmayo pasajero, y pude ver, señores, cómo los seres que antes os había hablado se reunían en uno solo, de aspecto repugnante. Mirándome, me dijo estas palabras: «Te dejo vivir, para que proclames mi venida al mundo».
Entonces, un fuego comenzó a propagarse por el sótano.... No pude mover músculo alguno, para moverme y salir corriendo, y cuando pude hacerlo, la misma voz que referí anteriormente, me volvió a decir: «Vé y di a todos que Satán está aquí...».
Nadie creyó al monje, y éste, fué arrestado. De ser así, seguramente ejecutado, ya que en aquella época, la Inquisición movía los hilos del Viejo Mundo, y ante un horrible crimen como este, seguramente habría aplicado la pena capital a quien considerase autor de los hechos.
Otra parte atrayente de este documento, es la que relata el alguacil Alonso Sanz de Heredia, que en su relato, nos habla del momento del enterramiento de los monjes asesinados, y en el cual, hace referencia a un hecho insólito y no menos estremecedor.
Cuenta que en el momento del enterramiento, realizado en los terrenos del sótano, y delante de muchos paisanos de Carmona, "fueron testigos de un sobrenatural fenómeno". Éste, consistió en un oscurecimiento del cielo, y entre dos columnas de fuego, la visión de un rostro horrible en forma de alimaña. Más tarde, en un fulminante rayo, descendió una blanca luz y de ésta bajó un ser en forma más humana. Comenta que todo el mundo salió despavorido".
Otra parte atrayente de este documento, es la que relata el alguacil Alonso Sanz de Heredia, que en su relato, nos habla del momento del enterramiento de los monjes asesinados, y en el cual, hace referencia a un hecho insólito y no menos estremecedor.
Cuenta que en el momento del enterramiento, realizado en los terrenos del sótano, y delante de muchos paisanos de Carmona, "fueron testigos de un sobrenatural fenómeno". Éste, consistió en un oscurecimiento del cielo, y entre dos columnas de fuego, la visión de un rostro horrible en forma de alimaña. Más tarde, en un fulminante rayo, descendió una blanca luz y de ésta bajó un ser en forma más humana. Comenta que todo el mundo salió despavorido".
También existe una versión no oficial, en la que se cuenta que los asesinatos, pudieron llevarlos a cabo los mismos habitantes de Carmona, hartos de los expolios que, al parecer, sufrían por parte de los monjes. Esta versión, no consta en ningún documento lícito, aunque es un rumor muy extendido, y podría explicar el móvil de tan brutales hechos.
Otra leyenda que circula entre las habladurías de la gente, es la de un intento de exorcismo del lugar por parte del pueblo, en el cual, se dice que cayeron varias víctimas a manos del mismísimo diablo. También se cuenta que después de aquellos hechos, se mandó derramar sal alrededor del monasterio, para alejar al demonio y librar del mal aquel lugar sagrado.
Otra leyenda que circula entre las habladurías de la gente, es la de un intento de exorcismo del lugar por parte del pueblo, en el cual, se dice que cayeron varias víctimas a manos del mismísimo diablo. También se cuenta que después de aquellos hechos, se mandó derramar sal alrededor del monasterio, para alejar al demonio y librar del mal aquel lugar sagrado.
El documento es tan impresionante, como dudosa su veracidad.
Por una bula papal, se ordenó a la ciudad de Carmona que durante dos años, diariamente, fuesen dadas misas y procesiones. Todo el documento al que nos hemos estado refiriendo anteriormente, fué firmado por el Arzobispo de Jerez de la época y, de ser verídico, arrojaría algo de seriedad, en referencia a estos sucesos, acaecidos en el siglo XVII.
Estos párrafos de los archivos oficiales de Carmona transcritos con anterioridad, son sólo extractos de estos terroríficos documentos. Ellos, nos hablan de demonios, exorcismos, seres extraños y horribles homicidios en el interior del edificio.
¿Fruto de la portentosa imaginación del autor o autores? Podríamos pronunciarnos y decir que sí con toda probabilidad, aunque no por ello, el caso pierde su interés.
A título personal, debemos decir que tras investigar el lugar, nos surgen muchas dudas sobre la veracidad de los hechos.
También cabe mencionar, que el estado actual del edificio es muy malo, al estar semirruinoso, y teniendo algunas zonas con alto riesgo de derrumbe. Por ello, hay que extremar la precaución, y hay algunas zonas inaccesibles en la que no investigamos.
También cabe mencionar, que el estado actual del edificio es muy malo, al estar semirruinoso, y teniendo algunas zonas con alto riesgo de derrumbe. Por ello, hay que extremar la precaución, y hay algunas zonas inaccesibles en la que no investigamos.
Algunas de las zonas que investigamos más en profundidad, fueron la capilla, los corredores exteriores, diversas partes del interior en planta baja y superior, y, por supuesto, la famosa alacena, donde se dice que aparecieron colgados los cadáveres de unos 30 frailes.
Hay bastante controversia en relación al número de monjes que fueron encontrados muertos, lo que todavía, si cabe, resta más veracidad a los hechos.
Nos centraremos en la alacena, estrella principal del enclave.
El estado actual de la alacena es bastante lamentable. Llena de porquería, escombros y polvo en suspensión, es un sitio poco agradable en el que estar.
Aunque, por supuesto, investigamos el lugar.
A la demoníaca y oscura leyenda que precede al monasterio, hay que sumar los innumerables ritos esotéricos que, según las habladurías populares, se han llevado a cabo en este lugar. Restos de simbología maléfica, así como pentagramas y ouijas improvisadas, están presentes por todo el edificio, lo que da peso a la posibilidad de que se hayan realizado él, rituales de índole satánica. Esto, podría también explicar el motivo del alto volumen de actividad paranormal registrado en el Monasterio del Diablo.
Esperamos que este pequeño recorrido por el Monasterio del Diablo, haya sido de tu interés.
Un cordial saludo.
Oniria Misterio
Esperamos que este pequeño recorrido por el Monasterio del Diablo, haya sido de tu interés.
Un cordial saludo.
Oniria Misterio
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