En septiembre de 1991, se produjo un sorprendente descubrimiento entre los escarpados y fríos picos de los Alpes italianos de Ötztal, cerca de la frontera entre Italia y Austria. Unos montañeros, encontraron un antiquísimo cuerpo completamente momificado en el hielo. Era el de un hombre de unos cuarenta años, al que llamaron Ötzi, en honor a la zona donde fué encontrado. Habría vivido entre los años 3359 y 3105 a. C., por lo que se convirtió en el espécimen humano conservado más antiguo de Europa.
Aunque en este artículo, nos centraremos en lo que ha pasado a conocerse como "La Maldición De Ötzi", pues como pasó con las expediciones británicas a la tumba de Tutankamon, en Egipto, muchos de quienes estuvieron implicados en dicho proyecto arqueológico, fallecieron poco después de manera inesperada. Hay quien cree que por algún tipo de maldición, a modo de castigo por "profanar" de alguna manera la tumba.
La primera muerte relacionada con la "Maldición de Ötzi", fué la de un patólogo forense, Rainer Henn, de 64 años. Henn, fué uno de los primeros científicos en manipular la momia. Murió en un accidente automovilístico cuando se dirigía a dar una conferencia sobre algunos de sus hallazgos relacionados con el "Hombre del Hielo".
A la muerte de Henn, seguiría la del guía de montaña que había llevado a Henn hasta el cuerpo, Kurt Fritz, de 52 años, que moriría poco después, víctima de una avalancha de nieve.
El próximo en morir, sería un cineasta estadounidense llamado Rainer Hölz, quien había filmado al Hombre de Hielo para un documental. Murió a los 47 años poco después, a causa de un tumor cerebral.
El siguiente, sería uno de los montañeros que encontraron el cuerpo congelado del Hombre de Hielo, Helmut Simon, de 69 años, quien desapareció durante una ruta al pico Gaiskarkogel, en Austria, y que fué encontrado muerto más tarde en un arroyo, tras una brutal caída.
También el líder del grupo de rescate en la montaña, Dieter Warnecke, de 45 años, enviado a buscar a Simon, moriría el mismo día de un ataque al corazón.
Poco después, le tocaría el turno a Konrad Spindler, de 55 años, quien también había sido uno de los primeros científicos en examinar al Hombre de Hielo. Spindler murió por complicaciones relacionadas con la esclerosis múltiple.
La última y quizás más extraña de las muertes relacionadas con este hallazgo arqueológico, fué la del arqueólogo molecular estadounidense, Tom Loy, de 63 años, quien jugó un papel decisivo en la recopilación de información importante sobre el Hombre de Hielo. Loy, fué diagnosticado más tarde con una rara enfermedad sanguínea, que en poco tiempo, acabaría matándole.
En la actualidad, los restos de Hombre del Hielo, se custodian dentro de una sofisticada cámara refrigerada, en lo más profundo de las entrañas del Museo de Arqueología del Tirol del Sur, en Bolzano, Italia. Desde entonces, parece que la maldición se mantiene "dormida", al menos, por ahora.
Aunque en este artículo, nos centraremos en lo que ha pasado a conocerse como "La Maldición De Ötzi", pues como pasó con las expediciones británicas a la tumba de Tutankamon, en Egipto, muchos de quienes estuvieron implicados en dicho proyecto arqueológico, fallecieron poco después de manera inesperada. Hay quien cree que por algún tipo de maldición, a modo de castigo por "profanar" de alguna manera la tumba.
La primera muerte relacionada con la "Maldición de Ötzi", fué la de un patólogo forense, Rainer Henn, de 64 años. Henn, fué uno de los primeros científicos en manipular la momia. Murió en un accidente automovilístico cuando se dirigía a dar una conferencia sobre algunos de sus hallazgos relacionados con el "Hombre del Hielo".
Rainer Henn. |
El próximo en morir, sería un cineasta estadounidense llamado Rainer Hölz, quien había filmado al Hombre de Hielo para un documental. Murió a los 47 años poco después, a causa de un tumor cerebral.
El siguiente, sería uno de los montañeros que encontraron el cuerpo congelado del Hombre de Hielo, Helmut Simon, de 69 años, quien desapareció durante una ruta al pico Gaiskarkogel, en Austria, y que fué encontrado muerto más tarde en un arroyo, tras una brutal caída.
También el líder del grupo de rescate en la montaña, Dieter Warnecke, de 45 años, enviado a buscar a Simon, moriría el mismo día de un ataque al corazón.
Poco después, le tocaría el turno a Konrad Spindler, de 55 años, quien también había sido uno de los primeros científicos en examinar al Hombre de Hielo. Spindler murió por complicaciones relacionadas con la esclerosis múltiple.
La última y quizás más extraña de las muertes relacionadas con este hallazgo arqueológico, fué la del arqueólogo molecular estadounidense, Tom Loy, de 63 años, quien jugó un papel decisivo en la recopilación de información importante sobre el Hombre de Hielo. Loy, fué diagnosticado más tarde con una rara enfermedad sanguínea, que en poco tiempo, acabaría matándole.
En la actualidad, los restos de Hombre del Hielo, se custodian dentro de una sofisticada cámara refrigerada, en lo más profundo de las entrañas del Museo de Arqueología del Tirol del Sur, en Bolzano, Italia. Desde entonces, parece que la maldición se mantiene "dormida", al menos, por ahora.
Esperamos que el artículo, te haya resultado de interés.
Cordiales saludos.
Oniria Misterio
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